Carta a la mamá de un lactante.

Me hubiera gustado que eso de morder fuese solo un mito, así como esos de "si no tomas agua la leche se te seca", me hubiera gustado no tener que sentir ese dolor que queda luego de la jalada de pecho mismo chicle que te deja sin aliento y te hace contar hasta tres esperando que tu pequeño retoño pare, se detenga, pero no lo hace, entonces se va pues al parecer ha caído en que te ha dolido, o simplemente terminó de hacer su gracia, entonces quedas herida por dentro, triste pues ha dolido y se supone que dar pecho es algo que se debe disfrutar, que es un momento de conexión con ese pequeño ser que te sonríe a unos centímetros de tu cara cada vez que se acerca a recibir un poco de ti.

Pero tomas aire y te dices "le estás dando lo mejor", "sabías que los dientes vendrían y pasaría luego de haber leído varios blogs con experiencias que luego rogaste para que no te sucedieran", así que vuelves a tu rutina y te olvidas un poco del dolor físico y de pronto vuelves a escuchar una pequeña voz que te reclama y que te dice que ha llegado el momento de retomar la batalla, de pronto lo tienes nuevamente junto a ti y a la primera succión sientes un jalón tremendo pero no es tu pequeño mordiendo, es la secuela de aquel mordisco anterior, le das su leche con miedo, con temor a que nuevamente salgan esas mini muelas a querer recordar que se sentía morder como la vez anterior, pero esta vez no lo hace y te calmas , coges su cabeza que suda cuando lacta y se miran, es magia, pero con un poco de temor.

A tí mamita de un lactante, te abrazo y te pido que aún así con ese temor y ese nervio que te pone de punta cada vez que tu gordito o gordita te agarra bien como para que no te escapes, tengas fuerza y valentía, pues a pesar de que la lactancia es un tanto complicada como muchos no creen que es, te agradezco que sigas ahí al pie del cañón, como estás desde que nació, cuando tu bebe recibió lo primero de ti, como estás cuando se enferma y como cuando estás para darle todo el amor, porque recuerda que lo estás haciendo bien y le estás dando lo mejor.

Sigue así de valiente, de poderosa, tu pequeño será así no por mucho tiempo y claro, no echarás de menos las mordidas pero si su compañía. Mi camino aún comienza y supongo que tendré un poco más de #ModoMordisco por un tiempo hasta poder encontrar la manera de que esto no vuelva a suceder. 

Atte: Mamá de Mau un peque de 1 y casi un mes.




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