"El mundo necesita a padres que estén por y con sus hijos."




Hace un tiempo empecé a seguir a Armando en facebook, también lo encontré en la página de  Bebé y más gracias a una información que yo buscaba sobre la lactancia, así que me animé a escribirle para preguntarle si me podía conceder una pequeña entrevista con preguntas que he visto mucho en las redes y que seguro él me las podía aclarar y así ayudar a las mamis y papis que tienen esas dudas. Armando es enfermero de pediatría en España y además es papá de tres pequeños muy guapos ellos.

 Así, que te invito a leer esta pequeña entrevista y compartirla para empoderarnos todos de la maternidad/paternidad. Y claro seguir a Armando en redes si aún no lo has hecho.


Y nuevamente, muchas gracias Armando por brindarnos un poco de tu tiempo. Empecemos.



¿Cuál crees tú que es el tipo de papá que el mundo de hoy necesita?

Hola Brenda, yo creo que el mundo, o sobre todo los niños, necesitan un padre que se involucre en sus cuidados, que los conozcan, que los acompañen en su crecimiento, que entiendan por qué lloran, por qué necesitan brazos, por qué necesitan cariño, y que lo den. Padres que estén presentes, que escuchen y hablen con sus hijos, que se comuniquen, los atiendan y les enseñen lo que es la vida.

Porque cuando los padres se van, lo que queda no es todo el dinero que reunieron o consiguieron en vida, sino el recuerdo de las personas que fueron y el legado en sus hijos. Un legado que no es sino la educación que transmitieron, los valores y el ejemplo.

El mundo necesita a padres que estén por y con sus hijos para que les puedan transmitir enseñanzas. Las madres también hacen esto, pero tener un hijo es cosa de dos, de la madre y del padre, y para un niño es mucho más enriquecedor ser educado por dos personas que lo quieren que por una madre que le dedica la atención que puede y un padre que apenas ejerce como tal.

Unas semanas después que di a luz, mi esposo optó por cambiar su rutina laboral (trabajar a medio tiempo fuera y medio tiempo en casa), para poder ayudarme con los cuidados de nuestro hijo y por sus ganas inmensas de compartir todos los momentos junto a él. ¿Cómo se puede organizar un papá con una familia de 3 hijos, como la tuya, sin descuidar el trabajo y a su vez el rol del padre  y la crianza de sus hijos?

No hay un secreto en realidad. Uno se organiza como buenamente puede en base al tiempo del que dispone y, sobre todo, en base a las ganas. Cuando solo tienes un hijo tienes tiempo para pasar con él y compartes juegos, aprendizajes y un montón de tiempo para verlo crecer. Cuando tienes dos, tienes que empezar a repartir ese tiempo y ya no es tan fácil estar en exclusiva con cada uno de ellos, aunque también se va logrando.

Cuando tienes tres, al menos en mi caso, la cosa se desmadra un poco, y entonces todo radica en intentar que todo esté más o menos en orden: en casa, los horarios, los niños, el trabajo, y uno hace lo que puede con los recursos con los que cuenta. Esto quiere decir que cuando ya son tres el tiempo que les puedes dedicar es mucho menor, sin ser excusa para seguir contando con ellos: un padre debe serlo siempre, y tiene que intentar estar lo más presente posible para los hijos. Presente para saber cómo les ha ido el día, para explicarles cómo le ha ido el suyo, conocer sus inquietudes, compartir sus alegrías y sus penas y seguir con una comunicación que no debería perderse nunca.

Nuestra sociedad está invadida de mitos que vienen desde nuestras abuelas y demás ancestros, uno de los que escucho comúnmente es el de "No lo dejes dormir en tu cama, porque no se volverá un niño independiente". Mi esposo y yo hemos decidido dejar que nuestro hijo duerma en nuestra cama hasta que él lo sienta necesario haciéndole saber también que él tiene su propio espacio donde se puede sentir cómodo. Así mismo el segundo y más popular "No lo cargues que se mal acostumbran" a lo que yo he respondido: "Ellos no se mal acostumbran y será bebe solo una vez" ¿cómo has manejado estas situaciones/mitos?

Al principio nos generaban muchas dudas estas cuestiones porque aunque el corazón te decía que hacías lo correcto, la sociedad entera lo negaba. Prácticamente nadie nos decía que estaba muy bien eso de llevar al bebé todo el día en brazos, y prácticamente nadie nos decía que era genial que durmiera con nosotros.
Sin embargo, era lo que Jon, nuestro primer hijo, nos pedía. Si lo dejábamos en un cochecito o hamaca lloraba hasta que lo cogíamos, así que acabó por vivir en nuestros brazos y dormir las siestas también en nuestros brazos. De noche, empezó durmiendo junto a la cama, en un moisés, pero con el tiempo vimos que cada vez dormía peor y que, sin embargo, dormía mejor a nuestro lado.

Buscamos información y vimos que no solo era normal que los bebés se comportaran así, sino que además era seguro y en cierto modo beneficioso, siempre que se hiciera con seguridad (hay unas normas de Unicef para dormir con el bebé de manera segura que deberían seguirse).

Además, comprendimos que no es cierto que los bebés se acostumbren a los brazos, sino que ya nacen acostumbrados a ellos, al ser los humanos una especia altricial, tan dependiente de los padres que no conciben la seguridad lejos de su cobijo. Y por eso lloran, porque cuando un bebé nace no sabe si está en su casa, a resguardo de cualquier peligro, o en medio de la selva, a riesgo de ataque animal por quedarse solo y sin llorar.

Muchos padres piensan que dejar a sus hijos en sus cunas desde el segundo mes de nacido y no hacerles caso a su llanto le ayudará al bebé a ser independiente y lograr dormirse solo, ¿cómo explicarle a los padres que piensan que este método no le causará ningún daño al bebe? y ¿Cuándo el bebe/niño empieza a regular su sueño?

Los bebés no se hacen independientes por estar solos de noche en sus cunas, sino en todo caso se hacen desasistidos. Una persona es independiente cuando logra un hito madurativo o un aprendizaje y se siente seguro para llevarlo a cabo solo. Pero un bebé que después de varias noches de llorar deja de hacerlo no ha aprendido a dormirse tranquilo y seguro, ni confiado, sino que ha aprendido que su llanto no sirve para nada, y entonces deja de llamar a sus padres, a pesar de que se siente solo y temeroso.

El cerebro de los niños crece continuamente, y se ha descubierto que cuando crece en situaciones de estrés, con las hormonas del estrés elevadas, tiende luego a depender de ese estrés. Esto es algo así como decir que los bebés y niños que más sufren de pequeños, más dependientes se hacen al sufrimiento, como si necesitaran estar en conflicto para estar más cómodos. Y no solo eso, se ha visto que cuanto más se estresan de pequeños, peor gestionan el estrés de mayores.

¿Sabes esas personas que tienen un carácter muy fuerte y que cuando se enfadan son capaces de destrozar algo o incluso de dañar a otras personas? Se ha visto que tienen poco control de su lóbulo temporal, que es el que más se desarrolla cuando los padres atienden y calman a los bebés y niños en los momentos de más conflicto, de más llanto y estrés.

Esto lo saben muy bien en Japón, por ejemplo, donde los niños son totalmente autónomos e independientes desde bien pequeños. Enseguida van solos a comprar (¿no habéis visto Doraemon?), solos al colegio, comen solos, etc., y sin embargo comparten cama y habitación por la noche con sus padres y abuelos hasta que tienen por lo menos seis años. Lo hacen así porque saben que es por el día cuando tienen que ser capaces de hacer las cosas solos, y aprovechan la noche para descansar todos juntos, como una manera más de darse cariño y sentirse acompañados.

Por otro lado, cuando una madre por primera vez acude a la primera cita  del bebé al hospital, le muestran los percentiles en los que el bebé debe guiarse si o si cada mes, entonces llega el segundo mes y para el médico a pesar de que el niño es saludable no cumple ciertos rangos, como el de la talla por ejemplo, la madre ya entró en la culpa de que algo ha hecho mal. ¿Debe preocuparse o suele suceder que no siempre el bebe siga esos rangos que indican los percentiles?

Depende de cuáles sean las variaciones. Los percentiles existen para entender dónde está un niño en cada momento y ver cómo evoluciona. Si la altura se ve afectada de un mes para otro no suele haber problema, porque es muy raro que haya un problema tal que moleste a la altura, y por eso no suele ser preocupante (además que al tallarlos puede haber diferencias según se estire más o menos al bebé).
Si hablamos del peso entonces sí puede haber un problema, porque cuando un bebé no come lo suficiente o tiene alguna enfermedad o intolerancia, el peso se ve afectado.
Dicho de otro modo, el que un bebé coma más o menos no afecta a la altura (al menos no los primeros meses –a menos que no coma absolutamente nada-), pero sí afecta al peso, y es eso lo que hay que mirar, que el peso aumente correctamente.

Conforme el bebe va creciendo se presentan las llamadas "Crisis o brotes de crecimiento". ¿Cuál de todas es la más complicada y que debe hacer la madre y/o padre para comprender mucho más al bebe/niño?

La más conocida es la que sucede hacia el tercer mes de vida. Y lo es no solo por el brote de crecimiento, sino también porque coincide con una época en que la madre nota ciertos cambios en la producción de leche materna: los pechos no gotean como al principio y no se sienten tan llenos (aunque en realidad está produciendo mucho más que al principio).
Si se juntan unos días en los que llora y pide mucho con esa sensación de que la leche no sube, una madre puede creer que ya no tiene leche o que su leche no alimenta, cuando lo único que sucede es que se ha desequilibrado la producción con la demanda. No hay más que alimentar a demanda al bebé, las veces que haga falta, para que en uno o dos días la producción aumente y el bebé se quede más tranquilo.

Muchas personas piensan que la leche materna solo le hace bien al bebe hasta los seis meses, otros hasta el primer año, yo tengo entendido que hasta los dos. Pero, en si ¿Cuándo la leche materna pierde sus propiedades?

Nunca. La leche materna no pierde nunca sus propiedades. Otra cosa es que un bebé o un niño la necesite o deje de necesitar. De manera exclusiva se recomienda hasta los 6 meses, junto con la alimentación complementaria pero siendo el alimento principal hasta el año y, si puede ser, hasta los dos años como un alimento más. Pero esto no quiere decir que a los dos años la leche se vuelva agua o ya no sirva para nada, sino que al ser un alimento más se puede prescindir de él sin que al niño le suponga mucho problema.
Pero si se decide continuar, la leche sigue cambiando (porque la leche aumenta su cantidad de grasas y calorías con el paso del tiempo) de manera que se adapta a la edad del niño, siendo siempre el alimento más nutritivo que existe. Incluso si un niño de 5 años mama del pecho de su madre, el mejor alimento que está recibiendo es esa leche. No es que la necesite, porque se puede vivir sin ella, pero si la recibe, mejor para él. Tampoco necesitan los niños de 5 años comer patatas fritas o beber refrescos y bien que muchos padres los dan.

Ya que muchos padres piensan que solo es algo que depende solo de la madre y entonces no tienen interés en involucrarse, en realidad ¿Qué tanto influye el apoyo del padre en la lactancia?

Hay estudios que demuestran que cuando los padres apoyan a la madre en el amamantamiento los niños toman leche materna más tiempo. Y como sabemos que por lo menos dos años es lo ideal, está claro que el apoyo de la pareja es fundamental.

Una pareja que no juzgue, sino que acompañe, que tenga claro que su mujer está haciendo lo mejor por su hijo al darle pecho y que defienda a esa diada madre-hijo de las miradas, comentarios o críticas que hacen más daño que ayudan.

Y por último ¿Qué consejos le darías a los padres que están en la llegada de su primer hijo y a los papás que ya tienen a un(a) pequeño (a) ya en casa?

Que aprovechen cada segundo con su bebé y niño. Que disfruten de la vida con ellos y que no tengan miedo de cogerlos en brazos tanto como quieran, besarlos, pasar tiempo juntos y darles mucho cariño.

Los niños vienen al mundo a ser libres y a ser felices, así que en nuestras manos está que se puedan sentir libres y que puedan ser felices. Cuanto más los queramos, más nos querrán. Cuanto más tiempo pasemos con ellos, mejor será la relación y más fácil será educarles… y es que los niños que tienen peor comportamiento son aquellos que sienten carencias, que notan que sus padres les han fallado, que necesitan hacer mucho ruido para que se les oiga, que buscan la confrontación con los padres para decirles que los necesitan. Algo así como “Papá, te necesito, sé mi guía, acompáñame en el camino, no me dejes solo y ayúdame a aprender a tu lado”.

Estar mucho con ellos y por ellos, y hacer lo posible por entenderles… cuando la sociedad entera se empeña en dar consejos sobre los bebés hay uno que nunca falla: “Haz caso solo a tu bebé”. Si lo que haces le va bien, estás acertando. Si lo que haces le va mal, es un error.


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