El día que nos conocimos


[#PapádeMau]
20 de Abril de 2006.
Lima, a la tarde.

Querido Arroz:

Cuando algunas personas me contaban sobre el día que vieron por primera vez a sus hijos yo sentía una ansiedad dentro de mí, unas ganas inmensas de querer avanzar en el tiempo y detenerlo justo ahí, frente a tu rostro. Mi imaginación volaba y suponía miles de cosas que pasarían en ese momento. "¿A caso llorarías? ¿te sentirás en calma? ¿podremos sentir esa conexión como cuando estabas en la panza de mamá? ¿seré un buen padre para ti? ¿me querrás igual que a mamá?..." 

Me imaginaba esperando inquieto por lo pasillos aguardando tu llegada, caminando con una vaso de café en la mano y mirando el reloj a cada momento, me imaginaba angustiado, asustado, alegre, impaciente. Podía sentir el olor del hospital, el frío de las paredes, el sonido del reloj haciendo tic lentamente y el viento filtrándose por las ventanas, podía sentir mis manos heladas y nerviosas, podía sentir mi respiración agitada, podía sentirlo todo mientras imaginaba el momento que aguardaba al verte por primera vez. Todo estaba detallado en mi mente, como si nuestro encuentro ya se hubiera dado, como si tu espera la hubiera vivido yo mucho tiempo antes incluso de conocerte. Pero nada de lo que supusimos tanto que iba a pasar, pasó.

Nunca pensé estar atrapado en el trabajo mientras mamá recorría hospitales buscando atención médica. Nunca pensé calmar a mamá (o que mamá me calmara a mí) por teléfono, nunca pensé correr (literal) toda la avenida Manco Capac para poder llegar hasta el Hospital Grau, nunca pensé que me dijeran al llegar que mamá podía perderte si no la operaban de inmediato. Nunca pensé sentirme tan impotente e indefenso como aquella vez, Mau. Pero mamá fue muy valiente, y puso toda su fe para poder traerte sano y salvo mientras yo corría hacia casa con tu abuelo para alistar los papeles que harían falta.

Recuerdo que cuando llegué a casa yo estaba en las escaleras a punto de subir cuando me dijeron: "Renzo, alista todo con calma, Mauricio ya nació. Está sanito, Brenda también está bien" En ese momento no supe qué hacer, subí las escaleras lentamente y lloré al entrar a casa. Lloré de alegría y de impotencia, lloré porque en el momento más importante de mi vida yo me encontraba lejos de ustedes, lloré porque le prometí a mamá que estaría junto a ella tomándola de la mano y diciéndole que todo estaría bien. Lloré porque pensé en mamá y en el miedo que pudo sentir mientras la operaban. Lloré por ti y por ella, lloré por mí, pero lloré más porque de todas las cosas maravillosas que me pudieran haber pasado, mi pequeño Mau, tú eres la mejor.

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